Clara Campoamor


 


CLARA CAMPOAMOR


Clara Campoamor (1888-1972) es considerada la máxima exponente de la aprobación del voto femenino durante la II República Española, de origen humilde, al contrario que Margarita Nelken o Victoria Kent, que fueron sus dos compañeras diputadas dentro de las Cortes españolas en 1931. Clara Campoamor era representante del Partido Republicano Radical que lideraba Alejandro Lerroux, y Victoria Kent del Partido Republicano Radical Socialista cuyo líder era Marcelino Domingo. Su partido se manifestaba a favor de que las mujeres tenían que ejercer su derecho al voto y el otro negaba ese derecho porque decía que las mujeres iban a votar lo que aconsejara la Iglesia.

En realidad, Clara Campoamor consiguió que se aprobara aquel famoso artículo pero sufrió el rechazo de muchos de sus compañeros de partido y de gran parte de la izquierda. El Partido Socialista Obrero español dio como afirmativo el voto, pero 40 diputados se ausentaron para no tener que ejercerlo. Uno de ellos fue Indalecio Prieto, por ejemplo, también Manuel Azaña evitó votar aquel día.

Pero antes de llegar a 1931, la vida de Clara Campoamor no fue fácil, era una auténtica autodidacta que no tuvo la ayuda que sus otras dos compañeras, que venían de familias mucho más acomodadas.


PRIMEROS AÑOS


Clara Campoamor nació el 12 de febrero de 1888 en Madrid, en el barrio de Maravillas.

Su padre era Manuel Campoamor Martínez, un empleado del periódico “ La Correspondencia de España”, un periódico típico de la Restauración manejado por los partidos dinásticos. Su madre era Pilar Rodríguez Martínez, costurera.

En 1898 fallece su padre, su madre queda viuda con tres hijos a su cargo siendo Clara la hija mayor. Clara va a tener que dejar de estudiar a los 13 años y ayudará a su madre como modistilla.

A medida que van pasando los años va a empezar a trabajar como dependienta de un comercio, al mismo tiempo, cuando ella tan solo tenía 20 años, en la Cámara de los Comunes se había aprobado por primera vez el voto femenino, aunque con ciertas limitaciones.

En 1908, en el Congreso de los Diputados, por primera vez en España se va a dar la primera discusión sobre el voto de la mujer, y se propone que puedan votar en las elecciones municipales las mujeres que sean mayores de edad, emancipadas y cabezas de família. Siempre que una mujer estaba casada no podía ejercer el derecho del voto, pero si estaban emancipadas, viudas, solteras y además eran profesionales, van a poderlo ejercer a partir de 1924 durante la dictadura de Primo de Rivera, aunque nunca lo llegaron a practicar porque no hubo procesos electorales hasta 1930.

En 1909, Clara Campoamor va a conseguir una plaza en el cuerpo auxiliar de Telégrafos, una plaza que no precisaba de una formación académica muy elevada porque en este momento, Clara Campoamor ni siquiera ha hecho el bachillerato. En 1910, una orden promovida por el Conde de Romanones va a permitir que las mujeres de forma oficial puedan acceder a cualquier tipo de enseñanza que sea impartida en el Estado, lo que quiere decir que por fin van a poder acceder a la universidad, aunque ya algunas lo habrían hecho, por ejemplo, Concepción Arenal que tuvo que estudiar haciéndose pasar por hombre.

Clara Campoamor va a hacer efectiva la plaza que había conseguido, va a empezar a trabajar oficialmente en Telégrafos en Zaragoza, va a tener que moverse constantemente de una ciudad a otra lo que le va a permitir y le va a proporcionar una experiencia vital que luego va a ser muy importante a lo largo de toda su trayectoria. En 1913 se convocaron unas plazas de profesorado de mecanografía y taquigrafía en Escuelas de adultos y Clara se va a presentar y obtiene el número 3. Así, el 22 de enero pide como destino Madrid y va a tomar posesión el 3 de marzo, pasa a ser antes incluso de empezar el bachillerato con la formación que había adquirido trabajando en telégrafos.

En el mes de mayo de 1920 le van a presentar a Paulina Uifi, mujer que tenía muchísima fama entre las mujeres españolas que trataban de reivindicar este feminismo incipiente que estaba surgiendo a caballo de los estertores de la Restauración. En el mismo año empieza a publicar sus primeros artículos en prensa.

En 1921 consigue una plaza de auxiliar de Mecanógrafia en el servicio de construcciones civiles que dependía del Ministerio de Instrucción, parecido al Ministerio de Educación de hoy día.


Ese mismo año es elegida Secretaria cuarta de la recién creada sección de pedagogía del Ateneo de Madrid. En el Ateneo llevaba ya desde 1916 participando en sus debates. Era un lugar de tertulia, un lugar donde se reunían los intelectuales como Manuel Azaña, Miguel de Unamuno, López de Ayala, Gregorio Marañón, estaba la flor y nata de la intelectualidad madrileña que van a dejar su impronta en Clara Campoamor.

Por fin, en abril de 1922, cuando ya contaba con 34 años, se matricula de 20 asignaturas de las 30 que contaba entonces el bachiller y en diciembre se presentará al resto de las asignaturas y conseguirá aprobar el bachillerato. Esto demuestra la capacidad para poder hacer algo tan complicado como el bachillerato en 6 meses, aunque era importante para ella porque daba acceso directo a los estudios universitarios. Después iniciará sus estudios de Derecho, sería una de las primeras abogadas de España.


Después del desastre de Annual, el 13 de septiembre de 1923 hay un golpe de Estado protagonizado por el general Miguel Primo de Rivera, que toma el poder sin que nadie mueva un dedo para evitarlo, era un momento en el que la Restauración estaba totalmente agonizando pues no hay un gobierno que durará más de 5 o 6 meses, era cuestión de tiempo que aquello rompiera por algún lado. Va a acabar con el golpe de Estado de Primo de Rivera, con él se inicia la dictadura. Aunque Primo de Rivera es bastante flexible, en muchos aspectos, incluso con el Partido Socialista Obrero Español que va a formar parte de las estructuras del régimen y con la UGT, va a haber 3 aspectos en los que va a ser especialmente estricto: con comunistas y anarquistas, donde aplica una dura represión por miedo a que suceda lo que ha pasado en Rusia; otro va a ser el Catalanismo que, en principio, convive con Primo de Rivera porque fue precisamente la burguesía catalana quien aupó a Primo de Rivera y quien la acompañó a la estación en Barcelona para que se dirigiera a Madrid a encabezar el golpe, pero empieza a ser muy restrictivo con el tema del uso del catalán de forma oficial, dejándolo prácticamente apartado; y otro ámbito que reprimió fue el intelectual, practicamente odiaba a intelectuales como Miguel de Unamuno, López de Ayala, Gregorio Marañón. También a Fernando de los Ríos, que ya militaba en el Partido Socialista Obrero español, catedrático de la Universidad de Granada. Casi todos ellos van a tener que exiliarse y algunos de ellos incluso serán deportados, por ejemplo, Unamuno, que fue deportado a Fuerteventura. Todo esto obedecía a las críticas de mofa que hacían los intelectuales, sobre todo al principio de la dictadura, hacia el general Primo de Rivera.

En tan solo 2 años, Clara Campoamor, va a obtener el título de licenciada en Derecho, estudios que empezó en Oviedo, los va a continuar en Murcia y los va a finalizar en Madrid debido al cambio de destino por razones laborales. Con respecto al odio que Primo de Rivera tiene a los intelectuales, en el año 1924, justo cuando se está aprobando el voto femenino, cierra el Ateneo, tan solo unos meses después, 2 meses después de finalizar la carrera de Derecho.


INTEGRACÍON EN COLECTIVOS FEMINISTAS


Entrará en el Colegio de Abogados de Madrid, es la segunda abogada madrileña después de su rival político en el futuro, Victoria Kent. Las dos van a aparecer en la prensa, no había mujeres que vistieran la toga y que ejercieran la profesión de la abogacía.

Clara Campoamor enseguida va a desarrollar una intensa actividad jurídica. En el seno de la Academia de Juristas va a pronunciar Conferencias y va a empezar a especializarse en asuntos de la mujer, esto la va a marcar durante toda la vida.

Se vuelve a abrir el Ateneo de Madrid en 1926 y se le ofrece a Clara Campoamor que forme parte del Gobierno del Ateneo, pero Clara se va a negar y va a rechazar el nombramiento.

Empieza a tener cierta ligazón con feministas socialistas.

En 1927 se le va a conceder el premio extraordinario anual de la Academia de jurisprudencia que llevaba como accesorios, la cruz de Alfonso XIII. pero va a rechazar la cruz en un manifiesto comportamiento republicano y antimonárquico

En 1929, en el mes de noviembre, se va a reunir en París con la Federación Internacional de Mujeres de Carrera Jurídica. Clara va a fundar una ramificación de ésta en España, liderando los movimientos feministas españoles.

En 1929 asume la Presidencia de la juventud universitaria femenina que había creado María de Maeztu, y que es el origen de la Asociación Española de Mujeres Universitarias. Protagoniza conferencias sobre la mujer en el nuevo Código penal, todo relacionado por supuesto con el mundo jurídico. Es una de las delegadas permanentes entre los representantes españoles del Congreso de la Unión Internacional por Sociedad de Naciones, que se celebra en Madrid en 1929, cuando la dictadura de Primo de Rivera está empezando a llegar a su fin. Sigue participando en congresos, dando conferencias de forma muy activa, y tras la dimisión de Primo de Rivera, que se marcha a París en febrero de 1930, es nombrada Secretaria tercera del Ateneo, siendo la primera mujer que es elegida por los socios del Ateneo para ocupar un cargo.

El hermano de Clara Campoamor, Eduardo Campoamor, es detenido en la sublevación de Jaca que tiene lugar el día 12 de Diciembre de 1930. Unos meses después, en el mes de marzo de 1931, tienen lugar los juicios en los que va a estar implicado todo el Gobierno provisional de la República, como Niceto Alcalá Zamora a la cabeza, salvo aquellos que hayan conseguido huir o esconderse, como Manuel Azaña, Indalecio Prieto, o Marcelino Domingo que consiguió librarse, unos porque huyeron a Francia, otro porque se escondieron en Madrid. Largo Caballero, Alcalá Zamora, Miguel Maura, Sánchez Albornoz, serían juzgados en Madrid. Al hermano de Clara también le van a pedir 12 años de condena y ella va a defenderlo.

En abril de 31, Clara va a participar en un mitin pro amnistía de los presos políticos, apenas una semana antes de que tengan lugar las elecciones municipales del día 12 que traerían el advenimiento de la República. En ese mitín pro amnistía estaba también Miguel de Unamuno, que, por supuesto, había vuelto ya de su retiro espiritual en Fuerteventura, cuando la dictablanda del general Berenguer permitió, por el carácter aperturista, que todos los deportados volvieran.


PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA Y APROBACIÓN DEL SUFRAGIO FEMENINO


El advenimiento de la República se produce estando Clara Campoamor en San Sebastian el 14 de abril de 1931. En ese momento se encuentra en un mitín de Amnistia a favor de los presos que quedaban en las cárceles españolas por la sublevación de Jaca y de Cuatro Vientos.

El 9 de mayo, el nuevo gobierno promulgó un decreto por el que se modificaba la ley electoral vigente desde 1907; rebajaba la edad de los votantes a los 23 años pero dejaba a las mujeres fuera del derecho a voto con una novedad: podían ser diputadas. Es decir las mujeres eran elegidas pero no electoras.

Clara intentará formar parte del partido de Manuel Azaña, Acción Republicana, cuando se convocan elecciones a Cortes Constituyentes a final del mes de junio, pero el partido le negó un puesto en las listas electorales y va a renunciar a Acción Republicana afiliándose al Partido Republicano Radical que lideraba Alejandro Lerroux, que la inscribió en sus listas y esto le permitió salir elegida como diputada por Madrld. Este partido formaba parte de la Unión Republicana Socialista que fue la vencedora en las elecciones.

Es elegida diputada por Madrid en las elecciones de mayo de 1931, también será elegida Victoria Kent, la otra abogada que protagonizó la defensa de miembros del Pacto de San Sebastián, al igual que Clara Campoamor. Margarita Nelken, del Partido Socialista, también es nombrada diputada en estas elecciones.

La primera y principal misión de las nuevas Cortes era la de elaborar una nueva Constitución. Clara pidió a su partido formar parte de la Comisión de Constitución compuesta por 21 diputados. Tenía un gran interés en participar en los debates sobre temas de fundamental importancia para el futuro de las mujeres y de los niños. Su contribución fue incesante y clave para elaborar los artículos relacionados con los derechos de las mujeres.

En veinte días quedó decidido el Anteproyecto remitido por la Comisión Jurídica Asesora designada por el ministro de Justicia, Fernando de los Ríos. Desde un inicio, Clara manifestó su postura sobre el voto femenino. En su primer discurso en las Cortes, el 1 de septiembre, defendió el sufragio femenino: Dejad que la mujer se manifieste como es, para conocerla y para juzgarla; respetad su derecho como ser humano; pensad que una Constitución es también una transacción entre las tradiciones políticas de un país y el derecho constituyente, como norma jurídica de los pueblos civilizados, cada día se aproxima más al concepto de la libertad, no nos invoquéis el trasnochado principio aristotélico de la desigualdad de los seres desiguales (...)”.

La primera polémica con Victoria Kent fue cuando se discutió uno de los artículos de la Constitución y tuvo lugar el 29 de septiembre, la intervención de varios diputados en contra de que el sufragio femenino estuviera contemplado en la Constitución y sí que apareciera en una ley electoral aprobada posteriormente, refuerza la teoría de Clara Campoamor de que si no se reconocía este derecho en la Constitución, no se aprobaría posteriormente. Entre otros que no aprueban este derecho está Victoria Kent, por considerar que serían votos a favor de la Iglesia y de los partidos dinásticos y perjudicarían a los partidos republicanos. Ésta no se negaba a su voto pero pedía una demora para que las mujeres pudieran tener cierta pedagogía electoral.

La gran batalla se produjo en la sesión de las Cortes del 1 de octubre. Ese día Clara Campoamor se enfrentó sola a todo el Congreso, el Partido Radical, su partido, la había abandonado. Gracias a su brillante retórica y con el apoyo de los socialistas, de los partidos de derechas, de la minoría catalana y de algunos parlamentarios de su propio partido logró que finalmente fuera aprobado el artículo 36 de la Constitución por 161 votos a favor y 121 en contra, que decía lo siguiente: ”Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales”.

Años más tarde en su obra El voto femenino y yo. Mi pecado mortal expresó crudamente lo que había tenido que soportar para conseguir el voto de las mujeres: Aislada de todos mis correligionarios y mis afines en ideas en la Cámara, combatida con animosidad por todos, a veces sospeché que odiada por todos, sostenida tan solo por la minoría socialista y por algunas personalidades aisladas, sufría arañazos o heridas en el trance, pero logré ver triunfante mi ideal. Todo lo doy por bien sufrido”.

Ante la sospecha de la influencia de la Iglesia, como se venía temiendo desde los partidos de izquierdas, en noviembre de 1931, Clara Campoamor había fundado la Unión Republicana Femenina. Esta organización política tenía como fin preparar a la mujer para el ejercicio de sus deberes cívicos, activos y pasivos en defensa de la República, mediante cursos y conferencias sobre temas políticos y de cultura en general.


Clara Campoamor formará parte de la dirección de otras organizaciones junto a otras mujeres como Victoria Kent que estarán a la vanguardia del nuevo liderazgo femenino que está dando los primeros pasos en España. El 18 de septiembre da una Conferencia en Paris en la Asamblea para el Sufragio femenino. No era un mero objeto decorativo dentro del Parlamento sino que era un elemento destacado a nivel internacional, como ejemplo, el 1 de agosto da el primer discurso en las Cortes y al día siguiente viaja a Ginebra como representante de España ante la Sociedad de Naciones.

Por 161 votos contra 121, ganó la propuesta del voto femenino,tras acalorados debates, el artículo 36 de la Constitución, que admitía el sufragio universal y en consecuencia concedía el voto a las mujeres, fue aprobado por 161 votos, derecho al voto que ya estaba tipificado en la ley del Régimen Local, de 1924, propuesta por José Calvo Sotelo y la ley de Régimen Provincial, de 1925, donde podían votar las mujeres emancipadas, viudas que se ganaran su propio sustento, alrededor del 30% de las mujeres españolas que podían haber votado en caso de que hubieran habido elecciones. Aunque era posible el voto, en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 no se desarrolló la propuesta legislativa, y tampoco en las elecciones al Parlamento de Cataluña de 1932, pues ya estaba aprobado el voto femenino en la Constitución Republicana, pero Francesc Maciá se negó diciendo que no estaba preparado el censo. Censo que sí estaba preparado para las elecciones de octubre de 1933 a las Cortes españolas.

Paradójicamente en las primeras elecciones en que votaron las mujeres, en 1933, ni Clara ni Victoria salieron elegidas como diputadas.

La derrota de los partidos republicanos y de izquierdas se achacó, por parte de una gran mayoría, al sufragio femenino. Se señaló que las mujeres habían votado por boca de su confesor y que por tanto se habían decantado hacia la derecha. Sin embargo en las elecciones del 36, en las que ganó el Frente Nacional, se dijo que el voto femenino había beneficiado a la izquierda porque contaba ya con cierta formación política.

El 15 de octubre de 1931, Clara Campoamor dio un discurso a favor del derecho al divorcio en las Cortes, aprobado en la Constitución. Se aprobó el divorcio, aunque no hubieron muchos divorcios durante la República, fundamentalmente unos pocos de personajes famosos, en los que intervino Clara Campoamor como abogada.

En octubre de 1931 se nombran tanto a Clara Campoamor como a Victoria Kent, vocales suplentes del Tribunal de Apelación de Protección a la Infancia. De nuevo, las dos mujeres intervienen en temas que tienen que ver con protección a la infancia y a la mujer.

Este mismo mes funda la Unión Republicana Femenina para orientar el voto de las mujeres hacia partidos republicanos, hacer la pedagogía que reclamaba Victoria Kent.

El 15 de noviembre de 1931, Clara recibe un homenaje de las mujeres, se convierte en una líder para el sexo femenino.

El 1 de diciembre, algunos miembros de la derecha que habían votado a favor del voto femenino, abandonan la Cámara por todo lo relacionado con el articulado de las Órdenes religiosas, el cese de la Iglesia en la Enseñanza, que se considera un ataque a la Iglesia por parte de los partidos políticos, y hay un nuevo intento de echar abajo el voto femenino por una enmienda que recibe 131 votos en contra y 127 a favor. Vota en contra Clara Campoamor, por supuesto, Victoria Kent vota a favor de retirar el voto femenino y Margarita Nelken se va a ausentar ese día de las Cortes.

En 1932, Clara reconoce que se afilia a la Masonería, no se tiene constancia de otras mujeres masonas, apenas hay fuentes que se puedan consultar. Clara dejaría la masonería antes de 1934, según ella misma declara.

Su hermano, fue nombrado Gobernador Civil de Cuenca en enero de 1932, Ignacio, que había participado en el intento de golpe de Estado en 12 de diciembre en Jaca junto a los capitanes Galán y Hernández.

Participa en el homenaje a Alejandro Lerroux, a principio de 1932, el republicano radical, con quien tuvo muy buena relación hasta pasado 1934, donde se puede observar el centralismo político de Clara que había estado navegando entre Acción Republicana, una izquierda muy moderada y el partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux.

En junio de 1932, junto a Miguel de Unamuno, Fernández Castillejo y otros diputados, vota en contra del artículo 2 del Estatuto de Cataluña que aprueba la cooficialidad del catalán. Clara no estaba de acuerdo en que el español y el catalán tuvieran el mismo nivel de importancia en Cataluña.

El 6 de septiembre de 1932 va a presentar una enmienda para acabar con el delito de adulterio que todavía estaba en vigor y se iba a discutir en la reforma del Código Penal.

El 19 de noviembre de 1933, después de que el Gobierno de Manuel Azaña dimitiera, Lerroux intenta seguir con un gobierno republicano, pero fracasa. Problemas que venían derivando de la crisis de Casas Viejas, nadie tenían mayoría en las Cortes, el PSOE decide no formar parte nunca más de los gobiernos republicanos, Alejandro Lerroux tampoco quiere formar gobierno, al final Martínez Barrios asume las tareas de Gobierno y se decide ir a elecciones, donde Clara no sale elegida. Aunque la CEDA es el partido más votado, Niceto Alcalá Zamora manda formar Gobierno al partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux. Éste nombra a Clara directora general de Beneficiencia y Asistencia Social, es un cargo público de relevante importancia.

Clara Campoamor va a continuar con sus responsabilidades a nivel internacional y en mayo de 1934 seria delegada suplente en la Conferencia Internacional del Trabajo que iba a iniciar sus trabajos en Ginebra el 4 de junio de ese mismo año. Volverà otra vez a la Sociedad de Naciones.

El 30 de septiembre de 1934, el gobierno de Samper nombra 30 consejeros de Sanidad Pública, uno de ellos será Clara Campoamor.

El 4 de octubre entran 3 ministros de la CEDA en el Gobierno, era el partido más votado. El 6 y el 7 de octubre de 1934, Lluís Companys declara el Estat Català dentro de la República Federal Española, en Asturias hay un intento de golpe de Estado, en toda España pero triunfa sobre todo en Asturias, donde los sublevados queman la Universidad de Oviedo, una serie de procesos que responden a este intento de huelga general revolucionaria. Hay muertos en la Guardia Civil, también religiosos por parte de la Alianza revolucionaria formada por el Partido Comunista, el PSOE y grupos anarquistas. Después habrá una represión bastante dura por parte de legionarios, regulares, el teniente coronel Yagüe lidera la Legión y las tropas que vienen de África. La prensa airea meses después que hubo una represión brutal sin que hubiera unos juicios que mediaran antes de ejecutar la pena de muerte.

Clara impactada por este tema, deja el Partido Radical, reprochándole a su líder Lerroux, la represión en Asturias.

El 4 de julio, va a tener un accidente con su automóvil, atropellando a un joven que afortunadamente va a sobrevivir pero la dejará bastante conmocionada.

Poco a poco va a ir desligándose de su vida política, va a tener una serie de sucesos en su vida privada que van a hacer que se vaya deteriorando su capacidad para poder continuar en la primera línea política.

En julio de 1935 le va a plantear a Casares Quiroga, entrar en Izquierda Republicana. Este partido va a ser una mezcla del Partido Radical Socialista que lideraba Marcelino Domingo, es una mezcla de lo que va a ser Acción Republicana de Manuel Azaña, también una escisión del Partido Republicano Radical, del que se habían separado por considerar que Lerroux experimentaba un acercamiento a la derecha, sin embargo, no va a ser admitida, por su relación con el Partido Republicano Radical.

Clara se marcha a Francia y en febrero de 1936 se encuentra con que el Frente Popular gana las elecciones por minoría de votos, por esto tendrá una mayoría aplastante de diputados y todos los presos políticos se liberan, se aprueba una amnistía generalizada, los militares que habían formado parte de la esfera política durante el bienio cedista, Francisco Franco, Joaquín Fanjul, Goded, Emilio Mola, los cuatro son lanzados a responsabilidades menores, Emilio Mola a Navarra, Franco a Canarias, después de los asesinatos del Teniente Castillo y de José Calvo Sotelo en mayo del 36.

Mientras tanto, Clara había quedado para responsabilidades políticas menores.


GUERRA CIVIL Y EXILIO


En julio de 1936 tiene lugar la sublevación de una parte del ejército, que fracasa de inicio y solo triunfa en algunas partes del país. Esto lleva a la Guerra Civil.

A Clara le pilla en Madrid, antiguos compañeros suyos del Partido Radical como Melquiades Alvárez son fusilados, y ella decide marcharse para evitar caer en la misma trampa. Sale de Madrid dos semanas después del golpe, el 2 de agosto, y se embarca en un avión italiano rumbo a Suiza, es denunciada por unos falangistas que viajaban en el mismo avión. Es retenida en Génova y será liberada, siguiendo con su viaje, llega a Laussanne donde se aloja en casa de una de sus amigas Antonia Kincher, feminista y compañera en la lucha sufragista.

En 1938 marcharía a Buenos Aires, donde se instala y se gana la vida con traducciones literarias del francés.

El 9 de febrero, la ley de responsabilidades políticas sume en la pobreza a todos los enemigos políticos de los sublevados que habían huido, se le expropian sus bienes. Según el BOE del 5 de julio de 1938 se separa del Cuerpo de funcionarios del Estado a todos los republicanos. Cada vez tiene más dificil volver a España. Aparece también entre los miembros masones y comunistas que son nombrados en la ley de 1 de marzo de 1940 para reprimir su actividad.

En noviembre de 1946 hay un sobreseimiento de su expediente y puede volver a España y será en 1948 cuando regresa a Madrid y se aloja en casa de su amiga, la doctora Elena Soriano. Al estar fichada por el Tribunal que persigue la masonería, delito que no había sido sobreseido como el de las responsabilidades políticas, Clara ha de abandonar Madrid un mes después con miedo a ser detenida y volverá a Buenos Aires, momento que coincide con el fallecimiento allí mismo de Niceto Alcalá Zamora en febrero de 1949, el presidente de la II República desde 1931.

A partir de 1949, vuelve a Laussanne y se dedica a dar Conferencias sobre su experiencia con el voto femenino, con 67 años ya no regresará nunca más a su patria.

Cuando empieza a envejecer, dejará escrito que cambiaría todo por una tertulia en el Ateneo o un paseo por Madrid con auténtica añoranza de su país.

Morirá el 30 de abril de 1972 en Suiza. Las cenizas se llevaron a San Sebastián años después.

Esta es la biografía de la mujer que protagonizó, junto a Victoria Kent, uno de los debates más interesantes de la II República, el sufragio femenino.


BIBLIOGRAFÍA


Gil Ibañez, Alberto. Clara Campoamor, una republicana y feminista auténtica. Araucaria, revista iberoamericana de Filosofia, política, humanidades y relaciones internacionales. Vol. 23, num 47, 2021. Pág 211 232.


Montes Salguero, Jorge. La lucha por el sufragio. Anuario de historia de derecho español, num 67, 1997, pág 847 860. Ejemplar en memoria de Francisco Tomás y Valiente.


Pujol Soliano, Ana. Enfrentadas por un ideal: Clara Campoamor contra Victoria Kent. Historia Digital, XVIII, 32, (2018).

(Bibliografía extraida de documentos digitales proporcionados por la web: dialnet.unirioja.es)


Rivera Chamorro, Joaquin. Los otros del 36: Clara Campoamor. Biografía en youtube. (2022)


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